- A todas las embarazadas les sale alrededor de la areola como unos puntitos abultados, estos son las glándulas de Montgomery y excretan una sustancia sebácea que cumple el papel de lubricante y antibacterial para proteger la piel de la areola y el pezón, cada vez que lavamos el pecho con jabones nos llevamos esta protección, por ello es recomendable lavar los senos sólo con agua.
- Los pezones, por su parte, sí requieren atención. Lo primero que debe hacer la madre es identificar qué tipo de pezón tiene: normal, plano o invertido. Esto le ayudará a reconocerlo, a saber cómo actuar y a evitar problemas a la hora de amamantar. Según María Constanza Castilla, pediatra especialista en lactancia materna, “el éxito de la lactancia está en la técnica a la hora de poner de manera adecuada al bebé en el seno”.
- Actualmente todavía se recomienda a las madres con pezones planos o invertidos hacer algo para que los pezones salgan durante el embarazo y así no tener problemas para amamantar. Estudios realizados con las distintas técnicas existentes y dolorosas demuestran que no funciona «preparar» a los pechos que tienen pezones planos o invertidos.
- Los pezones planos o invertidos no tienen porqué ser un problema para la lactancia ya que los bebés no maman del pezón sino de succionar la mayor porción de pecho. La mayoría de los pezones invertidos están rodeados de tejido suficientemente protráctil como para que el pezón protruya con la estimulación o la succión, y después de unos cuantos días de lactancia se mantengan hacia fuera incluso entre toma y toma.
- La leche materna se produce inclusive más o menos desde el quinto o sexto mes de embarazo sin que haya ningún estímulo. Una vez el bebé nace, todas las hormonas del parto desencadenan la producción de la lactancia. No hay que hacer nada distinto, hasta que el bebé nace”.
Mientras la mujer se encuentra embarazada los pechos no necesitan ninguna preparación para la lactancia, las rutinas habituales de aseo e hidratación y el uso apropiado de un sostén que se adecue a la nueva talla de los senos (una o dos más al final de la gestación) son suficientes.
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